“Pronto llegará el día de mi suerte. Sé que antes de mi muerte seguro que mi suerte cambiará”. Héctor Lavoe no fue muy afortunado que digamos, pero nunca perdió la esperanza. Posiblemente, esa convicción de que su vida cambiaría para bien se la daba su espiritualidad, común en la mayoría de soneros latinoamericanos de su época.

Al pobre Héctor (izquierda) le debió mirar un tuerto de pequeño (Fuente)

Lavoe tiene muchas canciones sobre santería, práctica que mezcla la religión católica con las creencias de las personas originarias de África que acabaron esclavizadas en el Caribe. La santería es completamente determinista, es decir, lo que tenga que ser será y punto porque los dioses así lo quieren, y está repleta de rituales y supersticiones.

En Occidente tampoco nos faltan supersticiones: que si cruzarte con un gato negro da mala o buena suerte (ni siquiera se ponen de acuerdo con estas movidas, cómo nos las vamos a tomar en serio), que si rompes un espejo la mala suerte te acompañará durante 7 años, que si estrenas un espectáculo debes vestir de amarillo para que te vaya bien… Otra superstición típica de estos lares es la que afirma que si encuentras un trébol de cuatro hojas la fortuna tocará a tu puerta.

Primero de todo, los tréboles no tienen tres o cuatro hojas, sino una hoja compuesta por diferentes foliolos.

Diferentes hojas compuestas con sus foliolos. La primera, un trébol rojo (Fuente)

El lenguaje en ciencia es importante y yo si no matizo, hiperventilo. Teniendo en cuenta que solo hay un trébol de 4 foliolos por cada 5.076 tréboles de 3 foliolos, os deseo mucha suerte, pero con la búsqueda. Que un trébol presente más de 3 foliolos puede atribuirse a factores ambientales o a mutaciones genéticas.

La mejor serie de comedia de los últimos tiempos está ambientada en la Irlanda de los 90.

Dicen por ahí que el rumor de que los tréboles de 4 foliolos dan suerte lo propagaron los celtas. ¡Ay, los celtas! Irlanda y su presidente amigo de los perros que parece sacado de una novela de Tolkien, San Patricio, la Guinness, Thin Lizzy, Cillian Murphy, el cura sexy de Fleabag, Derry Girls, los tréboles… ¿Pero qué tréboles exactamente? Porque yo soy científica de plantas y este dato no puedo pasarlo por alto. Pues al parecer el Shamrock, que así es como se denomina este símbolo patrio irlandés, no representa a ninguna especie de trébol en concreto. En Irlanda hay unas 15 especies de tréboles, que por si no lo sabíais, son leguminosas, como las lentejas, los cacahuetes o las alubias. La Botánica apunta a que una de las especies a las que hace referencia la simbología del Shamrock puede ser Trifolium dubium. Esta hierba es muy abundante en la isla, sobre todo en pastos y céspedes. También podría representar al trébol blanco (Trifolium repens), otro tipo de trifoliada con la que os habréis cruzado un millón de veces.

Monísimo el Trifolium dubium, ¿verdad? (Fuente)

De tanto pensar en tréboles he recordado que de txiki, cuando iba al monte (vaya, cuando salía de casa y subía una cuesta, que mi pueblo está en el monte), me gustaba chupar la base de las flores del trébol rojo (Trifolium pratense) porque era dulce.

La base de las flores del trébol rojo son dulces… Por si queréis probar (Fuente)

No recuerdo quién me inició en esta práctica y me daba un poco de vergüenza recordarlo, hasta que he buceado por varios foros y he comprobado que no soy la única que ha succionado el néctar de estas flores violáceas. Sería maravilloso que esta práctica nos trajera buena suerte, ¿verdad? La buena suerte de ver juzgado por crímenes de guerra al estado de Israel.  

Artículo publicado en El Lamonatorio para El Mono revista cultural (El Mono #124).

*Fuente de la foto de portada

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